El compromiso contigo mismo
Para mejorar nuestro compromiso con nosotros mismos no hemos de perder de vista estos tres grandes hábitos que veo como se repiten cliente tras cliente. En general lo tenemos tan integrados en nuestras vidas, en nuestra sociedad, que no llegamos a darnos cuenta de lo mucho que nos separa de nosotros mismos, de nuestras metas, de nuestros sueños, de nuestro equilibrio, de nuestra paz mental … Aquí te los comparto:
Deja de ser agradable. Sí, ¿por qué siempre tenemos que ser agradables?, ¿por qué pensamos … “No quiero que se moleste, prefiero no dar mi opinión”, “No quiero que se sienta triste, mejor no le digo lo que pienso”, … Y una y otra vez, una y otra vez, nos callamos, no expresamos nuestra verdadera opinión, emoción o sentimiento; … haciendo de este modo, que la opinión de la otra persona, su postura, sus necesidades, … sean más importantes que las tuyas. No hagas eso, porque al hacerlo, si pones siempre a la otra persona por delante de ti, tú siempre quedas en último lugar. Nuestra cultura, nuestra religión, nuestros padres, nuestra comunidad … desde muy temprana edad nos han mandado el mensaje de ser agradable, ser bueno, no ser egoísta, … en resumen; no expreses tu opinión, se agradable con todo el mundo, no seas grosero. Y cuando desde pequeños vamos recibiendo una y otra vez ese mensaje; llegamos a comprender, entender y aceptar que nuestra opinión no es importante, que no importamos. Porque los niños sólo piensan una cosa … tengo que ser aceptado para sobrevivir y desarrollan un terrible miedo al rechazo. Esto viene de mucho tiempo atrás, cuando necesitábamos por encima de todo ser aceptados y evitar el rechazo para sobrevivir. Pero hoy en día, ese tipo de compartimiento no es necesario, pero aún así, seguimos invirtiendo un gran esfuerzo en evitar el rechazo. “NO voy a dar mi opinión no vaya a ser que se moleste”, “NO voy a compartir mi idea a ver si no le gusta”, … Pero tienes que expresarte, compartir tus emociones, tus sentimientos, tus ideas, independientemente de que la otra persona vaya a estar de acuerdo o no, le pueda hacer daño o no, … Porque tus sentimientos es lo más real que tienes en la vida, y, cuando los ocultas, los niegas, NO le das el espacio y la atención que necesitan, no se van, se juntan y aparecen de nuevo más fuertes que nunca. Veo muchos clientes que no pueden decir que NO, y cada SÍ, los aleja más de ellos mismos. Y me dicen, “Sé que debería decir que NO, pero simplemente no puedo” Y no se dan cuenta de que hasta que no aprendan a decir que NO, el SÍ no tiene significado para ellos. Si tu intención es siempre decir que SÍ a los demás para que sean felices, para sentirte conectado y evitar el rechazo; créeme, no está funcionando, porque estás pagando con tu felicidad. Cada SÏ, te aleja de ti mismo. No tienes que poner a la gente delante de ti para ser amable. Puedes ser amable siendo simplemente tú. Siendo libre para elegir cuándo decir SÍ y cuándo decir NO. Porque si basas tu amabilidad en evitar el rechazo, al final, ¿sabes qué ocurre? Terminas rechazándote a ti mismo. Recuerda, la opinión más importante que vas a escuchar a lo largo de tu vida es la opinión que tienes tú sobre ti mismo.
Deja de procrastinar. Cuando trabajo con mis clientes este tema, lo que más escucho es que procrastinan porque no tienen tiempo suficiente; pero lo que realmente veo detrás de este comportamiento es el miedo al rechazo, “No me lanzo en éste proyecto que tanta ilusión me hace porque igual fracaso”… Pero realmente, lo que tenemos ahí presente es el miedo a sentirnos un fraude, a exponernos al rechazo, miedo a no ser suficiente. Todos ellos son los miedos más comunes del mundo; pero recuerda, … la única persona que tiene el poder de rechazarnos, somos nosotros mismos; por lo que hemos de cambiar nuestro diálogo … “Quiero iniciar éste proyecto”, “Elijo iniciar éste proyecto”, “Y elijo sentirme fantásticamente bien al hacerlo”, “Me encanta”. Este cambio tan sencillo tiene un inmediato y gran impacto en tu vida tan pronto empiezas a usarlo. “Elijo esto” y “Elijo sentirme genial”. Porque a la mente le da igual si lo que le dices es bueno o malo, correcto o incorrecto, verdadero o falso, porque sólo responde a las palabras que le dices. Por ello, enfoca tus palabras en aquello que quieres.
Deja de autosabotearte. “Este atasco me está matando”, “Cuando pienso en la presentación del miércoles me da un ataque de pánico”, “Mis hijos me ponen de los nervios”, “Es empezar la dieta y sentir ansiedad”, … Usa siempre, siempre, siempre, un lenguaje positivo cuando hablas contigo mismo. Tienes lo que quieres cuando le dices a tu mente lo que quieres. Siempre tienes opción de elegir; porque el trabajo de tu mente es hacer lo que cree que tú quieres que haga, en base a las palabras que le dices y las imágenes que pones en tu cabeza. Y aquí reside lo más importante. Tú puedes cambiar las palabras y las imágenes inmediatamente, y cuando cambias tus palabras y las imágenes; cambia ¡TODO!. Si usas palabras poderosas, tendrás resultados poderosos. “Tengo una memoria horrible” por “Tengo una memoria extraordinaria”, “”Soy un perdedor” por “Soy extraordinario”, “Soy un desastre” por “Tengo infinitas habilidades y recursos”, …
Si pones esto en práctica de manera inmediata, coges el control de tu vida y con ello, tu compromiso contigo mismo se verá fortalecido cada día más y más. Y pronto, estos nuevos hábitos, los tendrás tan integrados en tu vida que los realizarás de forma automática, te lo aseguro.
Hoy es un gran día para dejar de hacer, ¿te animas?